Consumo de agua en los Data Center: razones y paradojas

Por Nexitc En Blog

06

Sep
2022

La caracterización de los recursos hídricos como bienes esenciales escasos ha traído como consecuencia que la refrigeración por enfriamiento evaporativo, según diferentes sistemas y tecnologías, y el consiguiente empleo de agua en el sector data center, ya no esté tan bien visto, y aunque esto parece en sí mismo algo positivo, a veces no está justificado y se dan numerosos casos en que el no uso de agua local supone más gasto de agua global según la energía destinada al DC.

Desde muchos años atrás, famosas métricas como PUE han primado en la medida del grado de eficiencia energética en los data center, quedando en un segundo plano ratios como WUE, o Water Ussage of Efectiveness, la cual cuantifica el gasto en agua por cada kWH IT refrigerado con dicho volumen de agua.

La relevancia e impacto en la sostenibilidad que acarrea el empleo de agua en los data center, nos lleva a profundizar un poco más en la validez de la citada métrica WUE, y si realmente tiene sentido supeditarlo a la propia frontera autodefinida por la infraestructura del data center al caso. Es decir, obliga a evaluar e incluir, o no, los consumos indirectos de agua que han de venir dados por la energía proporcionada al data center.

En términos equivalentes, ignorar que existan otros consumos hídricos diferidos y repercutibles en el balance de consumo del DC, es como pretender que un PUE altamente competitivo (pongamos que inferior a 1,2) pueda caracterizar como de óptima sostenibilidad a un DC, en tanto el carbón embebido (o incorporado) en la generación eléctrica destinada al centro sea elevada: pongamos por caso que la generación eléctrica proviniera de una central térmica de carbón; de poco nos serviría entonces nuestro bajo PUE en estrictos términos del impacto sobre la huella de carbono.

Asimismo, nuestro WUE podría ser muy bajo, o como tantas veces, nulo, porque no haya enfriamiento evaporativo, pero si la energía eléctrica que alimenta al DC cuenta con un alto consumo de recursos hídricos, sucederá que nuestros esfuerzos por rebajar el consumo total de agua pueda provocar paradojas tales que el consumo total de agua (entre el on-site y el off-site) sea mayor en aquellos casos en que el consumo in situ sea cero.

Esta noción del balance global de recursos hídricos destinados a un data center, llevó a Wemfoff (Wemhoff y Chen, 2018) a redefinir el WUE como WSUE, es decir: Water Scarcity Ussage Efectiveness, o eficiencia en el uso de la escasez de agua.

Pueden darse casos en que emplear agua para refrigeración (procedente de una central de aguas recicladas, EDAR, o aguas recuperadas de origen pluvial, por ejemplo) suponga un menor consumo global de agua que en aquellos casos aparentemente libres de consumo de agua donde sin embargo la eficiencia global del kWh sea inferior:

  • Porque en casos de consumo de agua cero, el PUE sea más elevado (enfriadoras de condensación por aire).
  • Procedencia de la energía de compañía de un mix eléctrico donde según origen fósil o no, el agua empleada en el proceso (ciclo combinado, central térmica, nuclear) sea elevada.
  • El m3/h destinado a refrigeración adiabática in situ, tiene mayor rendimiento que el m3/h destinado a producción eléctrica, donde ha de sumarse la pérdida por transporte.

Por tanto, es importante valorar la procedencia de la energía destinada a alimentar al DC: por sistema y de forma irreflexiva el descartar el uso de agua para enfriamiento adiabático puede provocar que el consumo sea mayor en términos globales. Si la procedencia de la energía que alimenta al DC es de origen renovable, sin duda contemplar prácticas de enfriamiento evaporativo resulta algo pertinente y apropiado.

Como se define WSUE, la escasez de agua en la localización del DC y del origen local del mix energético de producción, supone valorar el empleo de agua a nivel local para enfriamiento adiabático: pues lo que queda claro es que cada m3 local de agua que se destine a enfriar un DC puede acarrear dos consecuencias directas:

  • Que se rebaje el kWH de origen eléctrico con fuente de producción carbonizada: es decir, a su vez el empleo del agua descarboniza en términos de kWH totales procedentes de producción con rango de energía de origen fósil.
  • Que el consumo global de agua (local y de producción) sea menor que si se limita el consumo de agua a sólo la producción.

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